Pues parece una idea muy buena, pero ir en bicicleta dos a la vez debe ser durísimo. Que si, vamos hacia allí, que mira por donde vas, que vas muy rápido, que yo quiero ver eso...Y no quiero ni mencionar la idea del día que tienes que montar solo,... Mejor cada uno a su aire y un gritito para llamar la atención.
Pues algo así le debió suceder a la dueña de esta bici que decidió aposentarla en el jardín y llenarla de flores.
Tenía esta maravilla (yo la habría dejado así)
Le colocó unas cestas con bridas.
La pintó de blanco con spray y al jardín. Un complemento perfecto.
Y esta idea es de aquí.
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